Decir sí significa incluir. En la mirada sistémica, la inclusión es el movimiento por antonomasia del Principio de Pertenencia, uno de los Principios Básicos de la Vida enunciados por Bert Hellinger.
Nos permite ser asertivos con todas las personas y fenómenos que suceden en nosotros y a nuestro alrededor. Formamos parte del sistema que es nuestra familia de origen, además podemos haber generado un nuevo sistema con nuestra pareja e hijos y cuando trabajamos pertenecemos al sistema laboral de nuestra organización o empresa. En cada uno somos piezas esenciales para su funcionamiento. Todo lo que nos ocurre, cuando asentimos a ello y lo incluimos, puede ser una oportunidad para aprender y el resultado es la integración y más unión.
Desde la sistémica resulta primordial decir sí al destino de cada uno de las personas que nos acompañan y forman parte de nuestra vida, así como sea. Esto puede resultar complejo al inicio, sin embargo sus efectos son balsámicos y mejoran considerablemente las relaciones.
Se trata únicamente de “reconocer lo que es”. Podemos pensar de otro modo y no compartir ese punto de vista o actitud, por supuesto. Sin embargo, dejamos de resistirnos y oponernos. Algo tan sencillo y asequible, nos evita desgastarnos innecesariamente en el aspecto físico y en el emocional.
A veces puede costarnos estar ante la respuesta desproporcionada de una persona, la incomprensión de un compañero o cualquier otra circunstancia. En esos momentos nos ayuda recordar “las 3R”:
Respirar, es un fenómeno natural y observarlo solamente puede permitirnos conectar con nuestro cuerpo y generar un espacio mayor para responder de manera consciente. Podemos ejercitarnos tantas veces como queramos.
Recordar que nada es personal, por lo tanto eso “no nos lo está diciendo o haciendo específicamente a nosotros”. Digamos que está en “modo automático”.
Reconocer cómo esa actitud expresa el “amor ciego” de esa persona a su propio sistema.
Después se puede actuar de la manera más apropiada, porque la respuesta surge desde otro lugar y adopta otra forma.
Lo esencial es reconocer que cada uno de nuestros “noes” lleva consigo, de manera implícita, un movimiento excluyente que puede desubicarnos y generar consecuencias desfavorables para nosotros o nuestro entorno. Es importante reconocer: ¿cuántos decimos cada día en nuestro contexto familiar, relacional o laboral?
Por supuesto que estará relacionado, además, con el desarrollo de nuestra vida y surgirán de nuestra “buena conciencia”. Aunque esa ya sea otra historia, que abordaremos en otra sesión.
José Carlos Pacual Rosado
Licenciado en Bellas Artes. Máster en Pedagogía Sistémica CUDEC. Licenciado en Psicología por la Universidad Multicultural Cudec. Psicólogo colegiado (M-3097). Formador de Constelaciones Familiares reconocido por la Hellinger Sciencia y Domus, extensión universitaria de Cudec.
Ha participado en numerosos cursos intensivos de formación, “Hellinger Camps” y talleres de Bert y Sophie Hellinger en Alemania, Argentina, España, México y Uruguay.